jueves, 24 de abril de 2008

Ático

Un vejestorio decide que los roperos
en diseño de ocho patas
con los artesanos trepando,
paseándose de un lado a otro
hablando con los abusivos de siempre,
están en una decadente verborrea
de estados
intermedios,
aspirantes.

Busca un destino que se asocie con naturalidad
al horror al que se ha visto expuesto
pero solo encuentra una conclusión
un tanto invasiva,
un tanto despiadada,
tiránica;
las cosas
mas que parecerse a sus dueños
están impregnadas de ellos.

Orate,
determina que las lágrimas
no son claustrofóbicas,
que el tiempo,
que no ha sido definido (y no hay derecho),
no puede ser mas que poético,
helénico,
en latín,
germánico
galo
andaluz
visigodo
ostrogodo
gaucho
guachaca

aventurándose
–como es habitual –
por lenguas muertas,
épico sin duda alguna,
lleno de Borges,
de Dali,
de Unamuno, Huidobro, Cortazar (si su madre lo permite)
Kant, Leibnitz (pero hablando de este mundo)
o en el mejor de los casos de alguien mas amigable.

Por si las dudas,
Regresa
Define
Reama
Rearma
Recicla
Destruye
Odia (inevitable)
Llama, clama, gime, flagela
Y como si nada hubiera pasado pretende hacer existir el renacimiento, la reivindicación y el perdón de dios

Por si las dudas aun no han matado lo importante.