viernes, 29 de enero de 2010

Algunos ríen

Victor salió corriendo de la cantidad de pérfidas camorreras que brahmaron por su cabeza o, mejor aún, desligitimarlo por sus elegantes salidas de madre que había tenido en el último tramo de su ajetreada vida producto de una solapada depresión que, ni Dios lo quiera, se vaya a enterar alguien. Siempre es muy bueno saber si el león esta sin dientes o herido para patearlo si está en el suelo (esto ya es un axioma entre estudiantes universitarios). El problema está en que Victor a toda costa quiso ser el ganador, el emulador por excelencia de Martín, con el pequeño gran detalle que no tenía ni el carisma, ni la velocidad, ni el tempo, ni mucho menos los escrúpulos del personaje.

El Lector ideal buscará una apelación, una petición de principios como siempre lo ha hecho el losangelino (agradezco a Ataxo la defensa del alter ego). Pero a Víctor no había como defenderlo, su meticulosa forma de intentar brillar lograda solo con la convulsiva disciplina que siempre lo caracterizó, lo que siempre tiene un premio al esfuerzo aunque colindaba eternamente con su neurosis la cual el mismo siempre llamó autoexigencia, o incluso a veces, sin argumentos a la mano; simplemente, le bajaban los monos por cualquier cosa. El pobre se devanó los sesos más de alguna vez conjugando de mil formas la alquimia moderna en la búsqueda del oro de nuestros dias, el éxito, el reconocimiento, la plata, el poder, las mujeres, la devoción de unos pequeñosburgueses, la reverencia de los desconocidos, los espaldarazos de los viejos influencia, la ropa con figuras de golfista, los majestuosos poleros estampados en poleras color pastel, los chalecos argentinos con rombos que pueden comprarse en 4 cuotas precio contado en boutiques independientes, los amigos opus dei, los pitutos con los abogados, médicos, psicólogos, psiquiatras, políticos, analistas, faranduleros, todos, todos sumados y multiplicados para que el niño pudiera caminar tranquilo por las calles sintiendo que se construyeron para él para que nisiquiera las flaites (porque claro, ya no se puede ni filetiar tranquilo por estos días) puedan acercarse a tan connotada figura ya que les puede caer una citacion al juzgado de garantia local por grosera invasión al patrimonio de la humanidad. Me imagino lo dificil que debe ser vivir sin todo esto.

De esta forma Víctor pelió y se hechó encima un par de amigos y se fue quedando por aquellos cercanos que le fueron mas beneficiosos, nunca pude saber si había sacado la cuenta de cuanto estaba perdiendo, supongo que Víctor, a diferencia de Martín, confundió su valor y su precio.

Por mi parte que he vivido al borde de la debacle social por más tiempo del que pensaba, del desprestigio o, simplemente, la destrucción total de mi imagen pública (cuando descubra porque o acepte que tengo que morderme la lengua de cuando en cuando probablemente ya ni siquiera tenga que acordarme de esto) hace que todo esto no me sorprenda tanto como antes quizás, es curioso eso de vivir como un marginal. Supongo que algunos no estamos hechos para lo políticamente correcto, solo nos queda tener blogs pretenciosos, adjuntar algunos parroquianos a nuestros principios y aprender, como sea, los eufemismos necesarios.

* Horas de vagancia, admiración, estupefacción, asco y por supuesto, entretención que da mirar las mil y un variantes de esta sociedad que me tocó vivir me ha llevado a inventar a Victor y a Martín entre otros personajes que están- espero- en páginas que aún no han sido escritas y otras que se publicarán cuando deban publicarse. De más está decir que en este mismo lodo, estamos todos revolcados.

**"El cínico es un hombre que conoce el precio de todo y el valor de nada" Oscar Wilde.

1 comentario:

[SR. ATAXO] dijo...

CON MUCHO RESPETO [SE HA PERCATADO QUE CON SOLO DECIR ESO, UNO LUEGO PUEDE ENUNCIAR CUALQUIER COSA Y NADIE SE ENOJA] ES SR. ATAXO. IMPERDONABLE.

TANTOS Y TANTOS EN LA UNIVERSIDAD Y TANTOS DEMÁS Y ESTO LO TOMO CON TODO EL RELATIVISMO QUE PUEDE TENER AQUELLA ASEVERACIÓN, YA QUE LO QUE ENUNCIO LO PUEDEN, SI QUE NO LO HAN DICHO YA, DE MI.